lunes, 1 de enero de 2018



                                                          

 La frontera de lo invisible
dividida por el canto temeroso
de quien escucha el replicar de la campana
en su cuna vetusta de miedos acompañados
y gritos de desconsolada alegría.
La magia de la noche del 31 resetea impasible
las vísceras de nuestras nubes más solemnes.
Se abre paso a una nueva esperanza
que subyace dormida
en el colchón de las vanidades.
Solo el nuevo amanecer
nos despierta
con los ecos de la filarmónica de Viena
envuelta en los giros televisivos
del baile patinador
sobre el hielo amoroso.
"...si hay vida...hay días".

                                      Carlo